En un mundo tan informatizado como este, en el que todo el mundo lleva un Smartphone en el bolsillo, el uso de la agenda de papel sigue estando totalmente al día. En mi caso es así, incluso, teniendo en el móvil un asistente tan fantástica como Cortana, que para apuntar una cita en la agenda solo tienes que decírselo de viva voz, el uso de una agenda de papel es otra cosa.
Entonces… ¿para que usar una agenda de papel?. Lo vemos en las siguientes líneas.
Para empezar hay que decir que el uso de una agenda no es necesaria para todo el mundo. Alguien que trabaja de operario en una fabrica o de contable en una oficina, por ejemplo, no la necesita, porque todo el día está haciendo las mismas tareas y para recordar la visita al dentista, con el móvil es más que suficiente.
Los potenciales usuarios de una agenda suelen ser profesionales liberales. Gerentes, comerciales, abogados, consultores, electricistas, fontaneros, etc.. Es decir todos aquellos que en su jornada laboral pueden estar en sitios diferentes, en reuniones, trabajos y otras gestiones y que de la buena planificación depende poder llegar a todo o no.
También es cierto que hay mucha gente que piensa que usar una agenda se limita a apuntar una cita en un papel, y nada mas lejos de la realidad. Gestionar bien una agenda es un arte. Un arte que te puede permitir optimizar mejor tu trabajo, y por lo tanto conseguir el bien más apreciado. Tiempo libre para disfrutar con los tuyos.
Para empezar la primera ventaja que tiene una agenda de papel es la visibilidad global del día o la semana (si elegimos día o semana vista). De un vistazo tenemos un mapa que nos permite planificar cómodamente teniendo siempre la percepción del tiempo que nos queda disponible y el tiempo que estamos ocupando. Planificar con el móvil es muy diferente; podemos ir metiendo datos cómo quién deja caer cosas en un pozo, sin ver lo que hay al fondo y por lo tanto sin tener una percepción global.
Gestionar bien una agenda es un arte
Otra ventaja que tiene la agenda de papel es que potencia la creatividad. ¿A quien no se le ha ocurrido una idea genial o ha descubierto la solución a un problema, mientras escribía algún dato en el transcurso de una conversación telefónica o simplemente mientras garabateaba en la propia agenda?
Más ventajas. Rapidez de uso. Abrir una agenda y apuntar una cita, un recordatorio o un número de teléfono es cuestión de segundos. Intenta hacerlo con un móvil y veras como mientras abres la aplicación buscas el día y apuntas el dato, inevitablemente vas a tardar más; y si encima estas usando el mismo teléfono móvil para hablar, tendrás que ir haciendo malabares.
Y por último la ventaja definitiva. No se queda sin batería y tienes tus datos siempre a mano. Además, si es una agenda de cierto nivel, el tacto de las tapas, el olor del papel hace que sea una gozada usarla y siempre te va a dar una imagen de persona organizada y metódica. Imagen muy apreciada en el mundo comercial.
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